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¡Un bulto! "¿qué será... será...?"


“Si no crece es bueno”, “si es móvil y puedes desplazarlo no es malo”, “si no se lo lame es porque no le molesta ni le duele”, “si lleva con él 2 años y Luna come, juega, salta y está igual de contenta que siempre no puede ser cáncer”, “si paren al menos una vez en la vida, no desarrollan tumores de mama”, “es un bulto de grasa porque está muy gordo”.

¿Estas frases te suenan de algo?, ¿son ciertas o todas falsas?

Cuando coloquialmente hablamos de "bultos", nos referimos a una lesión que hace relieve sobre el cuerpo del animal.

Estos relieves pueden ser sólo "sacos de piel" que encierran secretos como hernias, quistes o hematomas.



En otras ocasiones el bulto aparece por un crecimiento incontrolado de células anormales que destruyen los tejidos de las partes del cuerpo en las que aparecen.

Estos bultos pueden ser de tipo inflamatorio o de tipo neoplásico o tumoral.



Estas últimas palabras “tan serias” y que llevan intrínseco un aspecto negativo no tienen porque significar nada malo hasta que no se demuestre lo contrario ya que los tumores pueden ser de origen benigno o maligno.


¿DÓNDE PUEDEN APARECER?

En cualquier parte visible o no visible del animal.


Hay bultos externos que podemos detectar fácilmente como aquellos que aparecen en piel, párpados, trufa, encías, mamas, región anal, o genitales.



Sin embargo hay otros que pueden afectar a órganos internos, tórax o abdomen, que no podemos detectar a simple vista.


En este caso, cuando no son visibles, lo que vamos a apreciar en nuestros peludos son síntomas sospechosos de enfermedad como pérdida de peso, pérdida de apetito o apetito caprichoso, cansancio, cojeras, dificultad para respirar, orinar o defecar de manera persistente entre otros.


ENTONCES, ¿QUÉ HACEMOS SI NOTAMOS UN BULTO?

Cuando detectamos un bulto lo primero que tenemos que hacer es mantener la calma ya que como hemos comentado anteriormente el origen no tiene por qué ser malo.

Lo siguiente es acudir a tu veterinario en la mayor brevedad posible.


En la mayoría de las ocasiones, de forma rápida y sencilla y tras realizar las pruebas pertinentes, saldrás de dudas acerca del origen de ese bulto y te informará de los pasos a seguir.

Es importante tener en cuenta que es imposible saber con certeza qué tipo de bulto es, o si es bueno o malo, sólo "mirando y tocando".

¡SALIR DE DUDAS ES MUY FÁCIL!

Tras una exploración exhaustiva y detallada del paciente, en la mayoría de las ocasiones y tras descartar otras causas, se realiza una citología para averiguar cuál es el origen del bulto y poder actuar en consecuencia.

Esto permitirá orientarnos para elegir el tratamiento más adecuado en función de la naturaleza de ese bulto, ya sea quirúrgico y/o médico.




¿EN QUÉ CONSISTE LA CITOLOGÍA?

Es un procedimiento sencillo, rápido y muy poco invasivo que aporta mucha información, consiste en tomar una muestra de las células de ese bulto. Generalmente esas células se obtienen a través de la punción con una aguja muy finita.




Dependiendo de la localización del bulto y de la actitud del paciente, en algunas ocasiones se realiza una sedación superficial aunque, generalmente, no es necesario y se realiza con el paciente despierto.




MALAS Y TENTADORAS IDEAS PARA RESTARLE IMPORTANCIA

Esperar a ver si desaparece por sí solo.

Esperar a ver si se queda “estancado” y no sigue creciendo.

Intentar llegar a un diagnóstico sin que lo haya visto un veterinario.

En muchas ocasiones pensamos, por ejemplo, que todos los bultos que aparecen en la piel son de grasa y esto en la mayoría de las ocasiones no es así.

Aplicar pomadas antibióticas y/o antiinflamatorias sin un diagnóstico veterinario.

Esto, además de que no suele servir para nada, puede interferir en los resultados de las pruebas laboratoriales.

Una vez extirpado, no querer analizarlo porque total, si ya lo hemos quitado, hemos eliminado el problema.

Es muy recomendable y prácticamente obligatorio realizar un estudio de anatomía patológica para poner "nombre y apellidos" a ese bulto. Esta es la única manera de establecer si requiere más tratamiento y marcar unas revisiones adecuadas.



¡YA SABES, NO ESPERES A VER SI DESAPARECE, POR MUY PEQUEÑOS QUE SEAN, PUEDEN LLEGAR A DARNOS MUCHOS QUEBRADEROS DE CABEZA!.

LO MEJOR, ES SABER DE QUÉ SE TRATA CUANTO ANTES, PARA PODER ACTUAR EN CONSECUENCIA.

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